octubre 27, 2009




Que se le escape al momento justo
una descarga de bombas sucias
que vengan ahora y se instalen
todos los vientos de otoño
que arrecien con fuerza las hojas caídas
en los últimos dos siglos de invierno nuclear.
Que se me agote la vida
hasta el último grano de arena
que no quede de mi
salvo la voz en el aire


cualquier cosa

menos que me falte esta certeza

que es mía




y que no durará siempre.











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