junio 28, 2009
junio 22, 2009
junio 20, 2009
Mirar para otro lado
mascar chicle sin pensar en nada
volver la cabeza
perseguir algo con la mirada
tratar de no pensar
apretar el puño en los cruces
y no atender a las placas de las calles
dejar pasar las horas
los días y, a veces,
los años
un viento leve
y, si aparece de nuevo,
tratar de distraerse con algo
ponerse una raya
una brisa leve y fresca
ponerse otra raya
y de nuevo, mirar a otra parte
para entender que al final
había olvidado
aquello que trataba
de no recordar
junio 11, 2009
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Todas las noches venía
Era
el boxeador abatido
Cuando la luz se apagaba
aparecía
el púgil derribado
de calzón naranja
de botas apretadas
Venía
cuando la luz apagada
o cuando encendida
iluminaba un poco
desde el cuarto de al lado
El boxeador que se sentaba
conmocionado y al borde de la cama
la cabeza hendida entre los hombros
Sin sacarse los guantes
en la penumbra
de 10 onzas prosa y caricia
las manos pesadas
sobre mi cabeza
Olor de sangre teñida
Olor a sangre y ternera
Salobre vida y
sudor de pelea
El luchador derrotado
lloraba y me lamentaba
"que todo está amañado"
Esperaba que duerma
y lloraba y los labios hinchados
me besa
Manchaban de vaselina
los ojos le rebosaban
Ojalá no venga mas
ojalá no me vuelva esta noche
ojalá no hubiese venido nunca
ojalá siguiese en la lona
y me hubiese dejado así
a mí
aprender a pelear
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Todas las noches venía
Era
el boxeador abatido
Cuando la luz se apagaba
aparecía
el púgil derribado
de calzón naranja
de botas apretadas
Venía
cuando la luz apagada
o cuando encendida
iluminaba un poco
desde el cuarto de al lado
El boxeador que se sentaba
conmocionado y al borde de la cama
la cabeza hendida entre los hombros
Sin sacarse los guantes
en la penumbra
de 10 onzas prosa y caricia
las manos pesadas
sobre mi cabeza
Olor de sangre teñida
Olor a sangre y ternera
Salobre vida y
sudor de pelea
El luchador derrotado
lloraba y me lamentaba
"que todo está amañado"
Esperaba que duerma
y lloraba y los labios hinchados
me besa
Manchaban de vaselina
los ojos le rebosaban
Ojalá no venga mas
ojalá no me vuelva esta noche
ojalá no hubiese venido nunca
ojalá siguiese en la lona
y me hubiese dejado así
a mí
aprender a pelear
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junio 06, 2009
Esperaba un taxi en la calle vacía
poblada solo de almas en pena
zombis de gala y no muertos que vagan
en busca de refugio y de conversación
(tienen la prisa de que no les alcance el día
para que no les despunte el alba)
No se encontraba bien,
al menos no bien del todo.
Su último caso se le había quedado
dormido en los brazos.
Satisfecha pero sin resolver.
Llovía.
Paró un taxi
que parecía el único
de toda la madrugada.
Subió.
Era Marlowe y deseaba llegar a su casa
(a su estudio, a su despacho, o a lo que fuera aquello)
para sacudirse las últimas migas de despecho
que le quedaban en las solapas.
Era el, era Marlowe. Y estaba vencido.
Y de pronto, como en las buenas películas,
como en las películas grises,
el taxista habló.
Y Marlowe lo entendió todo
y lo vio todo claro
y comprendió
que ya no había caso.
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